Fotolibros de historias de vida
Nadie está preparado para algunas situaciones complicadas que nos pone la vida, especialmente cuando un bebé nace y vive sus primeros meses en un CTI. Pero el amor es la fuerza más poderosa del mundo.
Por Santiago Core
No podemos negar que cuando Andrea se puso en contacto con nosotros, nos sorprendió con su creatividad. Una abuela que desde San Javier, departamento de Río Negro, nos pidió un Fotolibro que contara la dura lucha que el pequeño Iñaki había dado ¡y ganado! para superar todas las dificultades que debió enfrentar junto a sus papis desde su nacimiento.
Al momento de encargar el trabajo, Iñaki no había cumplido su primer año. Pero el corazón de su abuela demostró su inmensidad: encargó un Fotolibro que fuera relatado en formato de cuento infantil, donde él era el héroe de la historia y podría entender (a su debido tiempo) todo lo que había pasado y superado en sus primeros meses de vida.
Fue uno de los trabajos más hermosos que nos tocó hacer, tanto así que hasta hubo lágrimas de emoción en nuestras oficinas. Siempre ponemos todo nuestro amor en cada trabajo, pero este caso era aún más especial.
La tapa del libro llevaba el título “Iñaki en el Piso 16” por ser el lugar del Hospital de Clínicas donde estuvo tanto tiempo internado. Iñaki era el Príncipe de la historia y hasta el personal médico tenía un rol de fantasía. Cada detalle de la situación se describía como algo simpático o anecdótico, siendo la frase final: “Y colorín colorado ¡esta historia recién ha comenzado!”. ¡Para aplaudir de pie!
Pero Andrea no se quedó allí. Un tiempo después volvió a contactarnos, esta vez para preparar el regalo de cumpleaños de Iñaki, ahora con fotos de un niño hermoso, sano y vital en su pueblo San Javier. Pero el hilo conductor no cambiaba: “Iñaki en el Pueblo Encantado” rezaba la tapa, con la foto de las mamushkas que dan la bienvenida en la entrada del pueblo.
En otra gran producción, el relato en formato de cuento infantil hablaba de una Princesa que vivía en el pueblo mucho tiempo atrás (su bisabuela) y se ilustraba con fotos históricas de los inmigrantes rusos instalados en Uruguay. El final del cuento, no menos emocionante: junto a la foto de un hermoso arcoíris tomada por la propia Andrea, un pequeño duende sostenía un cartel que decía “Existe un pequeño duende que cuida a todos los niños del pueblo. Cuando alguno de ellos está triste, el duendecillo sube al cielo y pinta un arcoíris de colores para que todos puedan sonreír.” ¡Maravilloso!
Historias como estas generan admiración e inspiración, por eso quisimos compartirla con ustedes. ¡Gracias Andrea! ¡Felicitaciones!